ESPACIO AUDITIVO: Musicoterapia y Sonoterapia
Durante la última década ha surgido gran interés en utilizar la música como herramienta terapéutica en la rehabilitación neurológica, y se han desarrollado nuevos métodos basados en música para mejorar déficits tanto motores, cognitivos, de lenguaje, emocional y social en personas afectadas por diversas condiciones, en distintas etapas de la vida. Así por ejemplo se ha usado musicoterapia en niños y adolescentes que padecen de autismo y dislexia, en tanto en adultos y adultos mayores afectados de accidente vascular encefálico, enfermedad de Parkinson, demencias y epilepsias.
Dentro de la percepción sensorial, la auditiva es la que interviene en la captación de los denominados “paisajes sonoros”, un paisaje o un medio ambiente y que podríamos definir como el conjunto de sonidos del medio percibidos por el oído humano.
Métodos empleados en musicoterapia o sonoterapia, que se basan en el principio de resonancia para sanar, advierten que el sonido es vibración para el organismo. En este sentido, resulta interesante notar que ciertos sonidos pueden apoyar la terapia, con sonidos bianuales –encontrados potencialmente en la naturaleza–, se vale de sutiles frecuencias que apenas alcanzamos a distinguir, pero que desmantelan efectos. Se trata de sonidos que impactan según el timbre, las frecuencias y las variaciones melódicas, pero que no deja de lado la voluntad de la persona que quiere obtener sus beneficios.
Si bien se ha demostrado que la música puede ser medicina, los sonidos que produce la naturaleza pueden llegar a serlo si nos enfocamos en ello. El sonido de la lluvia, de una nevada, el cantar de los pájaros, los hechos incesantes que resuenan en el bosque… Los ecosistemas son espacios sonoros que trascienden los canales multidimensionales del ser humano cuando éste entrega su voluntad a la relajación.
Teibel encontró, al escuchar el romper de las olas, que los sonidos naturales no lo perturbaban, sino que podía oírlos durante horas, en exquisitas sesiones de relajación. Environments fue una colección pionera del new age y el ambient; consta de 11 discos, con un total de 22 paisajes sonoros recopilados por Teibel a lo largo de los años.
ESPACIO AUDITIVO:
Los principales objetivos de la música dentro del ESPACIO SENSORIAL encontramos: mejora la coordinación motriz.
La estimulación sensorial a través de la música mejora diferentes afecciones en las demencias. Escuchar la música favorita nos traerá a la memoria el recuerdo. La música es ampliamente utilizada con diversos propósitos, desde la relajación hasta la mejora del estado de ánimo.
Para estimular la audición trabajaremos el volumen, relación de sonidos con experiencias previas, estimulación del resto auditivo o el timbre de objetos de la vida diaria.
Entre los principales beneficios de la musicoterapia encontramos:
- Mejora la coordinación motriz.
- Ayuda a controlar la ansiedad.
- Mejora el estado de ánimo.
- Fomenta el desarrollo del cerebro.
- Estimula la comunicación y la expresión de sentimientos.
- Favorece el desarrollo emocional y afectivo.
- Agudiza los cinco sentidos.
Efecto en epilepsias
Se han descrito cambios positivos inducidos por la música de Mozart en aminorar las descargas epilépticas en pacientes con epilepsias graves como el síndrome de Lennox-Gastaut y status no convulsivo. El mecanismo de acción no está aclarado, pero se postula una mejor sincronización de la actividad eléctrica cerebral. Esto sucede en especial con la música de Mozart, pero también está descrito en menor manera con obras de Bach, Beethoven y Haydn.
Y no es sólo la música la que beneficia, sino que también incluimos, por ejemplo, el sonido del agua de un arroyo o de una cascada artificial, sonidos de los cetáceos, bosques etc. Todos estos son fascinantes y calmantes.
Los sonidos que emite el delfín hace que se sincronice con nuestro cerebro y, como consecuencia, disminuyen la presión arterial y el estrés.
En el caso de estos cetáceos, a través de la estimulación de ondas sonoras con su sonar natural capaz de actuar en el interior del cuerpo humano, estimulando el sistema inmunológico estas penetran en el sistema nervioso de quien escucha y estimulan el cerebro, activando glándulas que segregan hormonas asociadas con estados de felicidad y placer. En el caso de los chicos con Síndrome de Down, se observa una mejora en sus respuestas, su atención, su memoria y su concentración”.
LOS SONIDOS de la NATURALEZA. Todo esto tiene un efecto positivo sobre el estado de ánimo calmando y relajando, y también afecta al sueño. Con el acompañamiento de los sonidos del mar se pueden hacer dormir bien.
Los SONIDOS DEL MAR, las olas y los gritos de gaviotas que proponemos escuchar se han registrado a una distancia de menos de dos metros del mar con dos micrófonos, uno de los cuales estaba instalado en una pequeña cala cerca de las piedras, y el segundo en la orilla. Así existe una superposición de dos sonidos del mar – el sonido de las olas a la distancia y el sonido del mar cerca de las piedras, lo que genera un efecto más natural.
El ambiente que hemos compuesto incluye los sonidos del murmurar de los arroyos, los cantos de las aves, oídos de cerca y de lejos, los zumbidos de los insectos y el croar de las ranas. Los sonidos son reales, han sido grabados en un bosque. Por cierto, para saber qué sonidos íbamos a necesitar para poder transmitir el ambiente del bosque en su totalidad, tuvimos que hacer varias salidas al campo.
El ambiente que tiene un bosque mejora el estado emocional de una persona al relajarla y traquilizarla, contribuyendo también a la mejora del sueño. Los científicos han demostrado que incluso con pasar un rato en el bosque se mejoran las funciones mentales y también el estado de ánimo.
Los sonidos naturales activan el sistema nervioso parasimpático, que ayuda a restablecer la energía corporal. Y como se comprobó en el estudio, quienes estaban más estresados consiguieron relajarse más rápidamente con los sonidos naturales, lo que comprueba que éstos son una terapia eficaz y contundente incluso en aquellos que manejan altos niveles de estrés.
