DIA MUNDIAL DEL LINFEDEMA
Un linfedema es un aumento de volumen que puede darse en cualquier parte del cuerpo y está provocado por un defecto en el sistema linfático.
El origen es diferente según se trate de un linfedema primario o secundario.
Afecta a entre 140 y 250 millones de personas en todo el mundo y es una patología a la que no se le otorga la importancia que se merece. La filaria es la causa más importante de linfedema en los países del tercer mundo, pero en los países desarrollados la causa principal son los tratamientos del cáncer y suponen el 90% de todos los linfedemas.
Cuando hablamos de sistema linfático, se refiere a la red de tejidos y órganos distribuida por todo el cuerpo que se encarga de eliminar parte de los desechos del metabolismo celular y líquido que no se ha reabsorbido por el sistema venoso.
Un linfedema primario se da cuando una persona nace con pocos vasos linfáticos o pocos ganglios y su sistema linfático no funciona correctamente. Puede manifestarse en la infancia o estar latente y aparecer en cualquier momento de la vida. Nos referimos a un linfedema secundario cuando la disfunción en el sistema linfático aparece como consecuencia de otras causas: una cirugía, radioterapia, una infección parasitaria, un traumatismo… y ello provoca una obstrucción, lesión o exceso de trabajo para el sistema linfático.
Se trata con Terapia Física Descongestiva (TFD o TDC) consistente en Drenaje Linfático Manual, vendajes o prendas de compresión-contención, ejercicio, cuidados de la piel y educación al paciente. La realización de estos tratamientos por fisioterapeutas especializados es imprescindible para obtener resultados óptimos y estables.
El tratamiento tiene una primera parte intensiva, cuyo objetivo es la reducción del volumen y su estabilización. Posteriormente llega la fase de mantenimiento, para evitar un retroceso en los resultados conseguidos y evitar la progresión. Hasta hace poco en la definición del linfedema se decía que era una enfermedad progresiva y sin curación. Con los nuevos métodos de tratamiento podemos conseguir, en muchos casos, una reducción de hasta el 95% del volumen o revertir la patología. Por lo que, según nuestra experiencia, podríamos quitar de la definición la palabra “progresiva”.
Hasta principios de los años 20 el ejercicio estaba prohibido. Las pacientes intervenidas de cáncer de mama no podían realizar ejercicios vigorosos, repetitivos o excesivos con la parte superior del cuerpo por el riesgo de desarrollar un linfedema o empeorar el existente. E igualmente para los pacientes con linfedema de miembro inferior. Afortunadamente este paradigma ha cambiado y los estudios realizados sobre ejercicio y linfedema concluyen que los ejercicios de resistencia en supervivientes de cáncer de mama con respecto al estado de su linfedema, no tiene ningún efecto negativo. Por el contrario, es seguro y recomendable, pudiendo en muchos casos disminuirlo. Además, puede utilizarse el ejercicio como forma de prevención del linfedema.
Los ejercicios deben estar supervisados por fisioterapeutas especializados, un ejercicio mal realizado puede agravar el linfedema.
Puntos clave
- El linfedema es una patología mal conocida.
- En el linfedema primario, que se desarrolla sobre todo en las adolescentes, es muy importante un diagnóstico precoz para poder desarrollar un tratamiento y que el volumen no progrese.
- El linfedema secundario más conocido es el que tiene lugar como consecuencia de los tratamientos por cáncer de mama. Sin embargo, no debemos olvidar los linfedemas secundarios a otras patologías que a veces pasan desapercibidos: como edema de genitales por cáncer de próstata, o edemas en las piernas como consecuencia de cirugías de cáncer de ovarios, útero.
- Todos los linfedemas tienen tratamiento, independientemente de la edad del paciente, el volumen y el tiempo de progresión del mismo.
- La prevención es posible en muchos casos, por lo que es muy importante ver a estos pacientes y tratar las secuelas postquirúrgicas, así como intentar realizar un programa de prevención antes de las cirugías.
- Los pacientes deben estar atendidos dentro de equipos pluri y multidisplinares.
- Los tratamientos del linfedema deben realizarlos fisioterapeutas especializados.
- Realizar ejercicio está recomendado y es seguro.
- El linfedema NO tiene cura, pero sí un tratamiento que, realizado de forma precoz, puede evitar que se desarrolle y conseguir que, sabiendo que existe la lesión del sistema linfático, el volumen pase desapercibido.
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